“A mí no me gustan los prólogos, porque no suelen ser sinceros. Suelen provenir del afán del Maestro por complacer al discípulo, o de la propia vanidad del Maestro de aparecer prologando un libro más. Y acabas pudiendo hacer un «Libro de prólogos», como el genial y vanidoso Borges. Por eso, ruego a los haijin que me dejen en paz, que me permitan emplear todo mi tiempo en traducir haikus japoneses, y que encuentren alguien mejor para elogiar sus virtudes poéticas. No obstante, a veces, excepcionalmente, soy yo el que pide al haijin escribirle un prólogo. Porque necesito decir algo a los que lean el libro. Este es el caso de esta antología de haikus de Isabel Pose; poco más de una setentena, pero tan hermosos que si se tradujeran al japonés no podrían distinguirse de los mejores haikus de Buson.
